Y así como la noche resplandece,
sobre el palido rubor de tu piel,
se que estas cansado de tanta agonía,
de tanto negar mi querer,
tus ojos celestes cielo,
tu boca de dulce miel,
deja que se abra tu seno,
para que podamos soñar más fuerte que ayer.
.
Ojalá algún día,
puedas entender el querer,
que no se compra, ni se obtiene,
solo se siente al dejarte ser,
y esa copla blanca,
de tu pura inocencia,
que hace rugir mi alma,
que hoy día enfurece a las bestias,
regalame solo una caricia,
de tus dulces manos,
un solo beso inmaculado,
que devuelva mi alma a la vida,
ese final felíz tan anhelado...
.
0 comentarios:
Publicar un comentario