Un cafe con mi otro yo...

Hoy me di cuenta que poco tiempo paso conmigo mismo, quizá por preocuparme por los demás, me dejé estar sin mi... Me miré al espejo y me vi, ahí estaba, ¡sí! era yo, encontrándome, viéndome...
Estaba bien, pero a la vez me veía cansado y triste, como si me sintiera solo... Con razgos de preocupación en la cara, quizá producto del cansancio, o simplemente, un amor que se perdió en la neblina...
Y me acerqué, poco a poco, a un paso tan lento e inaudible, como quien se acerca a un animal desconocido, lentamente, hasta llegar a un centímetro y medio... De pronto noté como una lágrima comenzaba a caer... Nada volvería a ser lo mismo, lo sé...
A partir de ese momento, supe que era lo que estaba sucediendo realmente, me miré fijamente a los ojos, sintiendo como dos complices que se miran sabiendo el propósito, el final, el hecho que esta ocurriendo... Y supe finalmente que había perdido mi esencia...
Me abracé fuertemente con mi reflejo, y lo invité a tomar un café, para hablar del pasado, para simplemente recordar, ir en busca de pistas, huellas, que me llevaran a saber, donde había quedado ese trozo de mi ser tan importante, porque la había perdido, aunque por otro lado empezaba a entender, a comprender, porque la magia había desaparecido en mí, esa alegría característica de mi persona, a la que antes todo el mundo notaba, sentía, gozaba...
Entre risas y llantos, recuerdos, y sueños, pudimos encontrar una pista esencial que nos dejo atónitos, era tan simple, ambos dos boqui-abiertos, no podíamos creerlo... Pero era así...
Me despedí de mi otro yo, ese que un día fui, ese que aún soy, ese que aunque quiera negar, nunca voy a dejar de ser, nos abrazamos tan fuerte que los huesos crujían... Y le pedí solo un favor, que si algún día por casualidad los vientos de la vida traen recuerdos del pasado, esos pequeños trozitos de alma que dejamos plantados en algunos corazones... Con Cariño y paciencia, intentemos ver lo positivo, porque de eso aprendimos...
Esa fue la última vez que me volví a ver... Y ahí en la lejanía se perdía mi reflejo... Siempre voy a recordar ese día, en el que dejé de ser para poder crecer...

0 comentarios:

Publicar un comentario